sábado, 2 de marzo de 2019

El guiño del sol - Idania Pérez



Melissa contemplaba embelesada cómo un colibrí libaba el néctar en un grupo de glicinias y cayenas. Nunca había experimentado esa sensación y comenzó a observar el batir de sus alas, el ir y venir del ave gozosa que  sedienta danzaba sobre las flores. El Sol alcahuete, único testigo de la contemplación de la pequeña,   iluminó el roce de las alas y ante,  el maravilloso reflejo de luz,  desprendió una lágrima de sus emocionados ojos. ¡Cuánta belleza, cuánta! Quiso el Sol mostrarle, a sus dieciséis   primaveras,  la quietud y lamagia  resultante de la alimentación del pajarillo. 
Resguardada en su sillón de ruedas, asistida por  sus padres y la abuela,   mostraba su cara angelical y la mirada dulce de una niña amada y feliz. Si bien el andar y el habla se le habían negado al venir al mundo prematuramente, fue dotada de una mente ágil y perspicaz. Pero el Astro Rey,  seguro de que la niña merecía más,  se encargó de poner ante sus ojos cada evento artístico de la naturaleza; conspiró para que la belleza que pudiera percibir se optimizara. Desde entonces, Melissa tenía la oportunidad de ver a los pájaros, desde un árbol lejano,    jugar sobre un nido o disfrutar del vuelo de mariposas y, en su mente,  unirse a éstas y volar.  A veces,  la felicidad del embeleso escapaba del conocimiento familiar, por lo que el Sol  se empeñó en revelarlo.
 La madre de Melissa siempre pendiente a la solicitud de  su pequeña, descubrió la comunicación visual entre la niña  y algunos animales. No demoró en conocer cómo se relacionaba, no sólo con matizadas mariposas, sino también con esbeltos ejemplares.    Una tarde, mientras paseaban por el zoológico, una luz cegadora iluminó el encuentro de la niña con una jirafa que,  entusiasmada, le bailó un vals. 
La madre curiosa, capturó el encuentro con una cámara fotográfica y agradeció al Sol el nuevo don concedido a su pequeña porque,  si en la noche la Luna nos oprime el corazón, el Sol iluminará al día y su luz será perpetua.
 Idania Pérez

Imágenes de AgnesR (glicinas) y de Nicman (colibrí) en Pixabay

3 comentarios:

  1. Ida cuanta imaginación y belleza descripta, muy hermoso el cuento que le has hecho a mi Melissa, nos llenas el corazón de alegria con tanta dulzura, hoy se lo he leído y sus ojos brillosos se han iluminado una y otra vez, sigue adelante, Felicidades.

    ResponderBorrar
  2. Ida que imaginación y belleza descripta en este hermoso cuento que le has hecho a mi Melissa, cuanta dulzura, se lo he leído y sus ojos brillosos se han iluminado una y otra vez, Me encanto, sigue adelante y Felicidades

    ResponderBorrar
  3. Amiga, cuanta ternura, delicadeza e imaginacion en tu cuento, Melissa estara muy feliz por haberte inspirado en ella y su Colibri.
    Felicidades por ese gran don, continua, te seguire. Un fuerte abrazo. Surama

    ResponderBorrar